Una transmisión en vivo desde casi 4.000 metros de profundidad sorprende con imágenes únicas. La ciencia y la tecnología se combinan para emocionar, informar y conectar a miles de personas en tiempo real.
Una transmisión científica desde el fondo del Mar Argentino se convirtió en un fenómeno que atrapa a miles de personas. Con imágenes impactantes a más de 3.800 metros de profundidad, la campaña Travesía Azul, impulsada por el CONICET junto al Schmidt Ocean Institute, supera las 100.000 visualizaciones en solo horas y redefine el vínculo entre ciencia, tecnología y público masivo.
Exploración en el Mar ArgentinoExploración en el Mar Argentino
La misión, realizada por el robot submarino ROV SuBastian, se desarrolla en un cañón submarino frente a las costas de Mar del Plata. Equipado con cámaras de alta definición, el vehículo explora un ecosistema casi inédito, revelando hábitats vulnerables, especies marinas exóticas, formaciones geológicas sorprendentes y residuos humanos que evidencian el impacto ambiental.
“Ver en vivo una estrella de mar desconocida o un pez translúcido a miles de metros bajo el mar es una experiencia única. La gente no solo observa, comenta, pregunta, se emociona”, señalaron desde el equipo científico. Un ejemplo de esa conexión se dio con una estrella de mar de forma poco común que desató una ola de memes y comentarios afectuosos en redes sociales.
Una nueva forma de contar la ciencia
Lejos del formato tradicional, esta transmisión revaloriza el rol del conocimiento en la vida cotidiana. No hay guiones ni espectáculo artificial: hay naturaleza en estado puro. Y eso es, precisamente, lo que más impacta. En tiempos donde abunda la desinformación, esta propuesta logra captar la atención de miles con contenido auténtico, accesible y profundamente necesario.
Cómo ver el streaming en vivo
Las transmisiones pueden seguirse en directo a través del canal oficial de YouTube del Schmidt Ocean Institute. Allí, cada día se comparte una nueva inmersión, que puede durar varias horas, con comentarios en tiempo real del equipo científico. Fuente: El Once